No hay porqué avergonzarse al admitir que se tiene un
problema. Lo importante es hacer algo para solucionarlo. Sólo usted puede
decidirlo. Nadie más puede tomar esa decisión por usted. Nosotros, quienes
actualmente nos recuperamos en CCA, hemos descubierto una manera de vivir que nos permite
enfrentar la vida sin necesidad de comer en exceso. El dolor, la compulsión y
la obsesión por la comida se sustituyen por la esperanza, la fe y la alegría
de vivir.